Orión siempre fué, desde pequeño, mi constelación favorita. Yo la veía entonces como una firma que una inteligencia puso allá en los cielos. En su espada reside la gran nebulosa M42, un verdadero criadero de estrellas en nuestra galaxia, a unos 1300 años luz de nuestro planeta.
Aquí sigo rompiéndome la cabeza, tratando de atraparla en mi nueva aficción a la astrofotografía. De momento, no se trata de una foto de gran calidad, aunque me hya dado mucho trabajo, pero la dejo aquí para compararla con otras fotos futuras, que espero la superen en vistosidad.
1 comentario:
Pues para mi esta hermosa!... ya te llego el compañero de batallas.. ¿qué no saldrá ahora de esas noches dónde atrapan belleza????
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